Remember

Una tarde de este caluroso verano, después de una larga caminata buscando unas oficinas en Cojimar, me senté bajo las sombras de unos árboles a descansar, al recorrer el lugar con la vista, reconocí la casona que me llevó a recordar momentos vividos allí. De pronto, me vi con una saya gris, blusa blanca y un cinturón negro tratando de aguantar la saya doblada varias veces para que se mantuviera cuatro dedos encima de la rodilla; en los pies unos vaquetetumbo, (zapatos tenis negros de suela gorda que se usaban a finales del 60), y en una cartera comando, libros y libretas. Muchos jovenes vestidos iguales comenzaban a llegar al lugar. Un timbre hizo a todos correr hasta el patio lateral de la casona, una alta y delgada mujer, de piel negra, a la que le llamaban: “ La black is black” en baja voz dijo: Haber, haber, haber, muchachitas y muchachitos….. Comenzamos con el matutino. Y un silencio rotundo se apoderó del lugar. Terminado este, los alumnos en orden comenzaron a subir las escaleras, primero los de de 7mo grado, seguidos de 8vo y 9no, para llegar a sus respectivas aulas. Comienzan las teleclases seguidas por los profesores en el aula para aclarar las dudas. Así aparece la profe de Matemáticas gran amiga de todos La Chiqui. Seguido el turno de español con Nelsa, más tarde Biología. Virginia, La Tabhata tuicher, la profesora de Inglés, con ella culminaba la primera tanda. Un buen receso, todos al patio para consumir la merienda, masarreal y refresco, unos lo gastaban agitando las botellas para hacer espumas y tirarla para ver quién llegaba más lejos. Otros iban al costado de la instalación a verificar si finalmente se abría el huequito para comprobar, si en el cuadrante cerrado herméticamente que quedaba bajo el piso del 7mo C, era realidad el mito que sobre él se extendía, todos querían adivinar y un sinfín de incógnitas se desprendían de las adolescentes mentes. Unos referían que había un carro encerrado lleno de prendas, que los antiguos dueños habían dejado. Otros, que allí estaban escondidos los tesoros de la familia….. el timbre interrumpía y quedaban para el siguiente día las especulaciones al respecto. Nuevamente el olor a grafito, en esa época todos escribíamos con lápiz, las libretas eran flaquitas y las aulas tenían un estasis especial. Terminada las clases con el quimiquito o Borges o las de Chucho escu…., salíamos a recorrer las calles para incorporarnos a las clases de Educación Física en la Casona, nadar en la piscina o desafiarse unos a otros cruzando el rio en el botecito para llegar al cayito, era lo atrayente de la tarde. De retorno a las casas, la guarapera esperaba con su rico y fresco líquido para amortiguar el apetito que dejaba la práctica del deporte y esperar a la cafetera (la ruta 94 que le decían así por su peculiar ruido), otros aguardaban por la 58 y la mayoría volvían a pie a sus casas. Una fuerte mano que toca mis hombros, me saca de ese lindo viaje al pasado, devolviéndome las cosas que al piso habían caído sin darme cuenta. Cerré mis ojos y una gran nostalgia me invadió y entonces recordé los encuentros que hacemos hoy en el "Club Momentos" donde todos bailamos, reímos y compartimos; 4 generaciones mescladas. Nuestras madres, nosotros, nuestros hijos y los nietos. Juntos bailamos y disfrutamos de la música de Los Beatles, Los Mustang, Formulas V, … aquellos grupos que amenizaban nuestras fiestas. - Siempre vienen los viejos recuerdos de ayer, cuando en la escuela llevé en la cartera largas lecciones de inglés. Al recordar siento una honda tristeza, siento vivir los tiempos que viviiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií……. ….. sigan ustedes, creo que todos recordamos con un nudo en la garganta