Mentes pintadas

Los graffitis se han puesto de moda en el mundo pero cuidado. Un amigo escribió al respecto y yo lo apoyo

Luis López Domínguez

Es increíble la cantidad de letreros que se encuentran en paredes, vehículos y hasta en la calle, y los vemos, incluso, en el simple recorrido que hace uno hasta el trabajo. Pintados con lechada, spray y plumones…, se ha convertido en una moda que narra desde el encuentro entre dos personas, el apodo de un barrio o la victoria de su equipo favorito.

El graffiti, según expertos, se da a conocer desde el comienzo de la humanidad, donde se relataba toda la historia transcurrida en un individuo o grupo de personas a través de dibujos. Lo utilizaron los griegos, los egipcios, y años más tarde sirve de ayuda al enriquecimiento del lenguaje sirviendo de puente para la comunicación entre civilizaciones. En la actualidad se ve como protesta o símbolos entre bandas rivales para marcar su terreno.

Aquí se ha tomado como tema, y se ven a diario en ómnibus, paradas, entradas de edificios y hasta en calles de poco tránsito. “Laura ama al Chiqui”, “el Canal”, “Industriales o Santiago Campeón”, y muchas más, dan tono a las superficies de diversos lugares en La Habana.

De Villa Clara, Cienfuegos, Holguín y sus parques me cuentan sobre la limpieza de esas provincias (tema que no voy a tocar en esta ocasión), subrayando una y otra vez que es impecable la organización e higiene en esos lugares. Entonces yo me pregunto, ¿qué pasa en la capital?, ¿por qué el pintorreteo a gran escala?.

Parece que el grillo de “Pinocho” no ha llegado a sus oídos, por eso no toman conciencia de la fealdad y desmesura, también de la imagen no grata para el visitante. ¿No ven que cada pintura realza la falta de estética o, simplemente, no les importa? Debemos tomar un poquito de seriedad en el asunto, ya que no necesitamos de ese tipo de comunicación, ni reafirmar un triunfo, y mucho menos trazar una frontera para delimitar cada barrio.

Para enaltecer la victoria de un equipo hay afiches, para dar color a paredes de largo tránsito está Muraleando –grupo que por cierto, está haciendo un buen trabajo-, y lo de marcar territorio es para las películas y los canes.

Por otra parte es muy bonito demostrar el amor a tu pareja, solo que no de esa forma, palabras, cartas o frases de amor dicen más y ensucian menos.

Después nos quejamos de los manchones o rallones en las guaguas, lo deteriorado de calles y avenidas, y al final la culpa es de nuestra desidia. Si cuidáramos lo que tenemos y sembráramos conciencia en cada individuo tendríamos más y cada sitio no necesitaría reparación, con tanta frecuencia por lo menos en la fachada.

Hasta chistes ponen en estos sitios. El muralismo es para gente que tiene como tarea llevar ideas y conceptos a nuestra sociedad y no para imponer una nueva moda, criterio o afirmación de mal gusto.

En Cuba hay muchas cosas que hacer y en qué invertir, y realmente constituye un despilfarro arreglarlo todo cada vez que a alguien se le despierte la musa, se enamore, gane algún equipo o quiera reafirmar que vive en el “Fanguito” y no en la “Timba”.

Dejemos a los artistas las obras pictóricas, a los demás nos corresponde admirarlas